martes, 23 de noviembre de 2010

TURISMO ANTÁRTICO: EL RIESGO DE UNAS VACACIONES CON ICEBERGS

No llega a ser Benidorm todavía, pero Antártica se ha convertido en un creciente destino popular para el turista más aventurero. En la temporada veraniega del hemisferio sureño de este año, la cual va desde noviembre a marzo, se espera que unos 39.000 visitantes hagan el viaje desde Tierra del Fuego, el punto de partida más cercano al continente más vacio del mundo. Eso equivale a un incremento de cuatro veces en una década.

Funcionarios tanto en Chile como Argentina están preocupándose más sobre el riesgo de un accidente fatal – un nuevo "Titanic" así como lo describe un oficial naval chileno. Nadie ha muerto hasta ahora, aunque se ha estado al borde de algunas colisiones. En el 2007, más de 150 personas fueron evacuadas cuando su bote, el Explorer, se hundió luego de chocar con un Iceberg cerca de las Islas Shetland. Ellas fueron "muy afortunadas con el clima", dice la ministra delegada de la Marina. Ese fue sólo uno de dos accidentes en la última temporada, con un número similar el año anterior y uno en la presente temporada.

Sobrevivir a un accidente es como ganarse la lotería. Depende en parte del clima. No todas las embarcaciones tienen los suficientes botes salvavidas recomendados para condiciones polares. Botes pequeños, como el Explorer, tienen mayores posibilidades de poder transferir a sus pasajeros si se encuentran en dificultades. De acuerdo a la Naval chilena, algunos cruceros que visitan la Antártica ahora cargan casi 3.000 pasajeros –más de diez veces del límite que ofrece una oportunidad razonable de rescate oportuno.

La Marina se encuentra irritada debido al gasto de patrullas, operaciones de rescate y limpiar derrames de combustible. Ella quiere reglas unificadoras, respaldadas por penalizaciones, para cruceros a la Antártica. Pero eso es difícil de lograr. Bajo el Tratado Antártico de 1959, ningún país puede ejercer su soberanía sobre ninguna parte del continente y sus aguas son internacionales. Algunas reglas de turismo han sido escritas bajo el tratado: cruceros que carguen más de 500 pasajeros no pueden hacer desembarcos, por ejemplo. Pero éstas no son legalmente ejecutables. Tampoco existirán reglas a ser debatidas por la Organización Marítima de las Naciones Unidas en cuanto a requerimientos de seguridad.

Algunos tour operadores dicen que darían una buena acogida a una regulación más fuerte y mayores estándares de seguridad. Otros insisten que la seguridad ya es la adecuada. La recesión mundial podría poner freno al comercio. Pero funcionarios chilenos calculan que la tendencia de los grandes cruceros, con las tarifas más económicas, se reanudará tan pronto llegue la recuperación. Si eso sucede, una tragedia puede ser sólo cuestión de tiempo.


Publicado por Salvador Moral Cuadra

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