viernes, 14 de enero de 2011

Influencia de los vuelos de bajo coste al turismo y nuevas formas de viaje.

Tradicionalmente los españoles hemos tenido repartido nuestro tiempo de esparcimiento en tres temporadas principales –los más afortunados- distribuidas a lo largo del año.

Éstas son –o eran- Semana Santa, verano y navidad.

Era en estos tres momentos del año laboral cuando nos íbamos de vacaciones y según la época del año que fuera, la tipología de vacaciones era variable. A saber, en Semana Santa se preferían destinos de interior o si, por el contrario el clima era favorable, a la playa. En la época estival los destinos de sol y playa eran los más elegidos. Mientras que en Navidad preferíamos pasar todo el tiempo en familia.

Este ha sido el esquema vacacional que hemos seguido los españoles a lo largo de la historia y será la forma de repartir las vacaciones que todos recordemos de nuestros abuelos y padres.

Sin embargo hoy en día se observa una clara tendencia a modificar este tipo de distribución de las vacaciones.

A grandes rasgos podemos asociar este cambio en el reparto temporal de las vacaciones a dos elementos principales. En primer lugar una nueva tendencia en los hábitos de trabajo que facilitan en mayor medida las escapadas de fines de semana o puentes antes que unas vacaciones prolongadas en el tiempo. En este caso, las vacaciones estivales aun permanecen como las más prolongadas en el turismo español. Por otra parte, la irrupción en el panorama turístico de las compañías de bajo coste ha hecho que los viajes cortos y al extranjero hayan tenido un boom en los últimos cinco años.

Importancia de Internet en la compra barata de los billetes.

Internet y su aplicación en la comercialización de billetes de avión ha facilitado en gran medida el hecho ante el que nos encontramos.

Esto junto la política “low-cost” y el uso de herramientas de revenue managemenet han hecho que los precios de los billetes se ajusten a unos porcentajes bastante elevados a los perfiles de los turistas que conforman la demanda facilitando así unos volúmenes de venta considerablemente alto con respecto a diez años atrás.

Además, para las aerolíneas la implantación de la comercialización a través de Internet ha supuesto un ahorro en agentes de ventas que tiene su reflejo proporcional en el precio final del billete.

¿Estamos ante un estado de cambio continuo en los hábitos y comportamientos del turista?

Una vez visto esto, la duda es si estamos inmersos en un proceso de cambio continuo en los hábitos del turista. ¿Tendremos en un plazo no muy lejano nuevas tipologías de turismo desencadenadas por los hechos antes descritos?

Sin duda el futuro es ambicioso y –por qué no- misterioso para los profesionales del turismo que empezamos ahora nuestra andadura y que presumiblemente tendremos un panorama muy diferente al que hemos estudiado y madurado durante nuestros años de formación.


Artículo de opinión personal de Pablo Cañero Morales.

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