Creo que es por todos conocido que en España el turismo es minusvalorado por todos los sectores de la sociedad, desde la clase política (que nos "regala" una Secretaría ridícula) hasta el ciudadano de a pie que opina que el turismo está destruyendo el país porque sólo vienen extranjeros a ensuciarnos las calles y destrozar nuestro patrimonio.
Lo que más me sorprende es que este desprecio por el turismo se hace desde dentro del propio sector, un sector que ofrece una imagen de calidad total, sostenibilidad y respeto social. Lo cierto es que el trabajador turístico no es valorado, es frecuente encontrar ofertas en las que se hacen contratos mensuales, semanales e incluso diarios. Creo que esta situación no hace más que frustrar a aquél que de verdad desea formar parte del turismo, que se prepara, que sabe idiomas etc. El trabajo en turismo no se valora como debería (como la mayoría de trabajos en España) y en él la calidad de vida y la conciliación de la vida laboral y familiar es escasa, en muchos casos las vacaciones que deberían ser pactadas, son impuestas unilateralmente, los horarios y días libres no están claramente definidos; y la lista se amplía...
Es cierto que el turismo es una actividad estacional y por ello la necesidad de personal fluctúa con la afluencia de clientes, pero también es cierto que la tendencia es tener al mínimo personal necesario para ofrecer un servicio suficiente para satisfacer al cliente. Otra paradoja, un sector en el que el 90% de la industria tiene certificados de calidad, ofrece un servicio suficiente. ¿Dónde quedó aquello de superar las expectativas de los clientes? En los libros de texto y artículos científicos supongo.
A pesar de todo esto, la ilusión y vocación hacen que los jóvenes que queremos ser parte del turismo seguimos luchando por algún día llegar a ser aquellos que impliquen el cambio laboral que se necesita, no me importa tener que jubilarme a los 67 años, pero estaría bien trabajar antes de la jubilación, ¿no?
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